¿Te ha sonado de algo todo esto?
¿Han llegado o están por llegar las vacaciones y sólo piensas en DESCONECTAR y huir a alguna parte para olvidarte de todo?
¿Año tras año, tras las vacaciones de verano…, cómo vuelves?
¿Te han aportado más equilibrio y serenidad a tu vida, más salud física o psicológica, o has necesitado después tiempo para recuperarte de esas vacaciones «ideales» (más cansancio, más kilos, más desmotivación)?
¿Crees que tras el verano, tras «desconectar», vas a empezar todos los proyectos que tienes por delante con más fuerza y tiempo?
Seguro estás pensando que por favor, que pare ya con las preguntas y si es que soy una especie de «Grinch de las Vacaciones», que odio las vacaciones y quiero fastidiarlas a todos…pues no.
Me encantan las vacaciones, pero las vacaciones de verdad.
Las que me aportan y no me restan en energía, salud, tiempo ni consciencia.
Porque todo el mundo quiere dejarlo todo para septiembre, como si septiembre fuese a proporcionarte un «super poder» para conseguir todo lo que te propongas.
Septiembre es enero como enero es septiembre.
Son ruedas de hámster, engañifas mentales que nos dejan postergando lo realmente importante, lo más difícil y lo que más valor requiere de nosotros mismos.
Y por supuesto, con la frase: «Voy a desconectar», nos permite embuirnos en una razón irracional, irreflexiva y contraproducente, que parece que va a significar «Voy a renacer», cuando lo que quiere decir en realidad es que nos vamos a irresponsabilizar de nosotros y de los demás.
DESCONECTAR es como desenchufarse de la fuente de energía.
Es eliminar el enlace que te une a algo.
Es dejar de moverte, de hacer, o de seguir en el sentido en el que ibas.
Cuando entras en «modo desconexión» te alejas de tu ser y de tu contexto, pero si fuéramos máquinas, quedaríamos inertes.
En momentos de la vida en los que hemos sufrido una crisis vital profunda, un trauma grave, una crisis por un trastorno mental que nos imposibilita tomar decisiones y llevar una vida normalizada, en casos así, la desconexión es de vital importancia para descansar y comenzar de nuevo, poco a poco, a tener una vida «funcional».
Casas de reposo, centros de rehabilitación y hospitales psiquiátricos, cumplen una función fundamental en nuestra sociedad, función no suficientemente reconocida ni valorada, porque hay personas que necesitan realmente desconectar de su vida, y no tienen ni el espacio ni los recursos suficientes para poder llevarlo a cabo.
Pero los seres humanos, al desconectarnos, no nos quedamos «sin vida».
Lo que solemos hacer la mayoría de personas es desconectarnos de un «modus operandi y vivendi», huir de nuestra rutina habitual, y conectarnos o «enchufarnos» a diversas cosas que creemos que nos van a dar esa ansiada satisfacción que tanto buscamos…buscamos nutrirnos de dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor cerebral que está relacionado, entre otras funciones, con el deseo y la motivación. Activa el circuito de recompensa en nuestro cerebro.
Cuando queremos «desconectar», nos enchufamos a: plataformas de streaming, bebidas alcohólicas y otras drogas, comida no saludable, relaciones esporádicas, todo tipo de tecnología y redes sociales, viajar constantemente, compras compulsivas, actividades que nos proporcionen placer rápido y que no tengamos que hacer mucho esfuerzo por ello (ni físico ni psicológico).
Con ello no quiero decir que no necesitemos en algún momento «desconectar» y desenchufarnos de todo.
Lo verdaderamente importante es ser CONSCIENTES de que lo estamos haciendo, de qué implicaciones y consecuencias tiene y de qué significa hacerlo.
Sentirnos culpables por «desconectar» sólo nos llevaría a encontrarnos aún peor de ánimo, más nerviosos y a buscar sentirnos bien o huir de esas emociones desagradables que tanto nos incomodan.
Desconectar un rato, a veces, es incluso necesario para poder reconectar con nosotros mismos o con los demás.
Lo importante, como escribía hace unas líneas, es SER CONSCIENTES de que estamos desconectando, de porqué lo necesitamos y de las consecuencias que pueda tener en función del tiempo dedicado a esa desconexión y de la actividad que estemos utilizando (más o menos saludable, ya que no es lo mismo ver una serie que beber alcohol).
Con respecto a RECONECTAR, en sí la palabra significa «volver a conectar».
¿Pero por qué tengo que volver a conectar, o, qué tengo que volver a conectar?
Si necesitamos volver a conectar es porque estamos desconectados (lo más habitual).
De ahí mi exposición sobre que en vacaciones, seguir «desconectando», no es lo más recomendable o deseable.
La cuestión es que no desconectemos más de nosotros ni de los demás, sino que reconectemos con nuestra esencia, con nuestro «yo» más auténtico, con nuestros valores y nuestras emociones.
En general, la vida cotidiana, el trabajo, las prisas, nos hacen alejarnos de nosotros mismos, y vivir vidas alejadas de sentido y autenticidad.
Reconectarnos, reencontrarnos (con nosotros mismos y con los demás), recuperarnos de tanto estrés y distracción, provoca un estado de bienestar en sí mismo.
Llenarnos de ENDORFINAS, neurotransmisores moduladores del dolor y que aumentan las sensaciones de placer y bienestar, a través del sueño, de la meditación, de la risa, del ejercicio físico, etc…harán que reconectemos de una forma más eficaz y saludable.
Reconectar en vez de desconectar, hará que CONECTEMOS, que aumentemos nuestra consciencia, y que no tengamos que recurrir ni a reconectar ni a desconectar, sino simplemente, vivamos conectados a nosotros mismos y con una vida llena de sentido.
¿Y tú, vives en conexión o en desconexión?
¿Buscas desconectar o reconectar?
Si quieres saber como reconecté y cómo volví a conectar conmigo misma, puedes leer en la página sobre mí algo de mi historia.
Como persona con Alta Sensibilidad, la importancia de reconectar cuando nos sentimos desconectados es de vital importancia, y aprender a hacerlo, nos dota de un recurso fundamental para mantener nuestra salud física y psicológica.
Vivir CONECTADA a mí misma, a mis necesidades, pensamientos, emociones, a mis valores, a mi entorno y las personas con las que siento conexión…me aporta la serenidad que necesito.
¿QUIERES APRENDER A ESTAR CONECTADO?
Si dentro de tu caja de recursos sólo encuentras la "desconexión" o no terminas de aprender a RECONECTAR contigo, pide una sesión gratuita conmigo para ver si "conectas" conmigo y puedo acompañarte en tu aprendizaje.